Flat Design

En la estupenda película de JC Chandor «Margin Call», el personaje de Jeremy Irons dice que él se dedica a saber qué música es la que va a sonar a continuación. En esta versión de la crisis de Lehman Brothers la música en cuestión son los movimientos caóticos e impredecibles del mercado de valores. Entiendo, desde mi humilde posición de diseñador freelance, que en cada baile hay alguien que sabe qué canción será la siguiente.
¿Lo sabe porque es suya la lista de reproducción?, ¿o porque se lo ha dicho el que la ha compuesto, que probablemente sea amigo suyo?
En cualquiera de los casos, estos electores del siguiente éxito (ahora los pantalones de campana, ahora la música disco, ahora las barbas eternas… según el negocio al que nos refiramos) saben algo que yo no sé. O justo lo contrario.

Si uno pudiera pulsar el botón de fastforward (el de los vídeo VHS, que se veía avanzar la película a toda velocidad, a cambio de unas rayas de ruido en mitad de la pantalla. Para los de la LOGSE, lo de antes del DVD) vería cómo los flyers de discoteca de principio de los 2000 (bueno, o todo lo que se diseñaba de aquellas: menús de cafetería, anuncios de peluquería, banners de webs… ) se componían de infinitas formas vectoriales, siluetas en negro o colores degradados (sí, degradados: chico qué cosas) que por lo general terminaban en gotas que resbalaban por el soporte, sin el engrosamiento típico del caldo de la piña en almíbar justo al final del surco, eso sí.

Una moda, como otra cualquiera. Como otra cualquiera. Sin meter a Simmel en el asunto (que no va la cosa de ponernos académicos), es la moda un problema que afecta a los diseñadores. Claro. A santo de esto, se nos presenta una clasificación funcional de los profesionales del diseño según su relación con los cambios de la moda, fuera del ámbito de aquellos que, como Jeremy Irons, ya saben qué música sonará después:

1. RSS: atentos a todo lo que se menea. En cuanto el blog más Inn de cualquier diseñador con apellido impronunciable acabado en -innen (sí, lo nórdico mola, salvo si es la infumable tónica de Coca Cola) dice que ahora se llevan los tonos pasteles, le ponen a su fondo de twitter una amarillo tipo Piolín lavado sin Micolor y empiezan a atizarle a todo cliente que se les aparezca tarjetas de visita y flyers color pinza de chupete. Van a la moda. Con lo cansado que resulta.
Santo Patrón: La pu****ra Lobster.

2. Postacólitos: que llegan a la fiesta cuando el DJ pone The Bard’s Song (In the forest) de Blind Guardian (que todo el mundo sabe que siginifica que te van a echar del garito). Se bajaron hace dos meses un paquete de vectores estupendo con instrumentos musicales y cosas electrónicas chulas con efecto desgastado. Y acaban de descubrir la Gotham.
Santo Patrón: El Corte Inglés.

3. Pantalones de campana: que llevan diseñando con el mismo estilo (sin ser famosos… bueno o siéndolo:) contando con que cada 25 años lo que hacen vuelve a ser lo más Inn.
Santo Patrón: Converse All Star.

4. Radicales: lo que sea que quede feo según los estándares del momento. En el instante en que algún gafapastas (o como se llame en el contexto histórico en que nos encontremos el opinador inefable de turno) diga que
es maravilloso, sacan el Paint y rehacen lo hecho. Hay que reconocerles, eso sí, que una de cada… N veces, atinan con el modo concreto de romper las normas. Santo Patrón: David Carson.

5. Advenedizos: que sin ser diseñadores, hacen lo que los RSS sin tener ni idea de lo que en realidad están haciendo. Aman las plantillas de PowerPoint y los blogs de Blogger.
Santo Patrón: el nuevo logo del PP.

Teniendo clara esta taxonomía, no puedo olvidarme del estilo imperante actual. El Flat Design. Acunado por los estafadores de tendencias de Apple Inc., y seguido a pies juntillas por su propia competencia (Android con Roboto, Microsoft con Segoe, y perdón por ponerme tipográfico), ahora ya podemos olvidarnos de los efectos y estilos de Photoshop (Dios lo tenga en su gloria) y maquetar nuestras interfaces de usuario con el alinear y distribuir de Office (en la cinta de opciones Formato, una vez hemos seleccionado el objeto. De nada), a golpe de paleta Office 2013 y líneas de punto y medio. Si David Carson levantara la cabeza… llamaría a Neville Brody para que viera lo que está pasando. Y eso que los dos siguen estando vivos.

Ahora bien, que no debería yo meterme con esta tendencia que nos okupa (con k, porque no hay por dónde escapar, se nos ha metido hasta la cocina: que le pregunten a @d0ublethinking por los packagings de marca blanca). Porque yo, vago, amante del blanco y de la poca ornamentación… siendo un Pantalones de campana, parezco San Lobster de Todos los Santos con el Adobe InDesign abierto.

Que dure… o que me avise Jeremy Irons con tiempo, para que me dé tiempo a mirar qué se cuece en la blogosfera del norte de Europa. Eso, o aprender noruego. Y chino, que nunca se sabe.

 

Originalmente publicado aquí.