Manuel Estrada: un creativo de andar por casa

No es Interbrand, ni Wolf Olins, pero es español, trabaja en Madrid, colabora con las escuelas de Diseño y parece un tipo majo. Ah, y tiene una empresa dedicada al diseño. Ya sólo por eso…
Interesante figura la de Manuel Estrada, uno de esos diseñadores que han logrado sostener la sartén por el mango, ya que son los clientes quienes le buscan por su estilo, y no al revés, como casi todos los de- más, vendiendo su estilo a los caprichos por lo general horteras del cliente. Divertido eso que dice de que cuando empezó él no existía la profesión de Diseñador en España.
Y poco más. No soy muy amigo yo de estas monográficos casi publicitarios sobre figuras del diseño. Isidro Ferrer, Daniel Gil, Manuel Estrada… La idea de explicar todo su universo de una manera comprensible para el público general deja con ganas (muchas) de más a aquellos que andamos buscando la magia creativa de un genio, o de un referente nuestro (mío lo es).
Pequeños detalles nos sirven para entender lo que pasa en esa oficina blanca: responsabilidades repar- tidas, opiniones valoradas… y mucho pasillo. No se esperaba, pero se deseaba, ver cómo se lidian las diferencias en las propuestas, o una primera reunión con el cliente, o yo qué se qué… que nos de algo más memorable que un tipo al parecer simpático paseando por su oficina o su chalé.
Mención aparte merece la visita del soso protagonista de la historia a la escuela de arte. Excepcional la escena con su profesor hablando de la web. ¿A qué viene esto? Si el vídeo ya cojea de promocional sobre la figura de Estrada… ¿este aparte sobre Arte10? Ay madre.
No es por amenazar, pero me va a quedar corta esta reseña a santo de la relación entre el interés gene- rado y el contenido del reportaje.
Caligramas, Metrovacesa, Carmencita, la preminencia del dibujo como punto de inicio de su proceso creativo (cuadernos, cuadernos y más cuadernos). Una revisión concisa pese a lo poco emocionante sobre cómo un logo va de la propuesta al pilot de Estrada, para acabar en Illustrator.
No sé si es por la generación que nos precede, pero fieramente espero que la siguiente camada de di- señadores no tengaque recurrir al papel para la ideación. Que lo haga si quieres, pero no porque se lo que se debe.

Me deja el reportaje queriendo trabajar en esa oficina, queriendo haber sido yo Estrada y no él, aborre- ciendo al protagonista y el logotipo de la Fundación Repsol, y lamentando profundamente (de verdad que lo esperaba) no ver aparecer a Pilar Lara en una de esas mesas, o por un pasillo, de la oficina de Estrada Desgin.